viernes, 18 de junio de 2010

Una de espías

Que un ingeniero de Apple saque de las oficinas de Cupertino un prototipo de uno de los gadgets mas esperados del momento me parece poco probable. Que sea tan bruto como para perderlo en un bar me parece poco creíble. Que se lo encuentre un tipo, intente devolverlo, en Apple se rían de él y por venganza se lo venda por 5000$ a una página de geeks que lo acogen con los brazos abiertos me parece poco mas que imposible.

Básicamente, no me creo la historia de la perdida del iPhone 4GS por una sencilla razón, resulta curioso que justo unos días antes de que el Nexus One abandone los USA y se abra al resto del mundo un tipo se encuentre el telefonillo de marras. Me da que alguien quiere que nos esperemos y no piquemos con el primer teléfono de Google.

Si tenemos en cuenta que Apple es una de las empresas mas herméticas del mundo en lo que a sus creaciones se refiere, toda la jugada parece una mas que excelente maniobra de marketing orquestada por la gente de (ya sabéis, tengo que arrodillarme antes de escribir su nombre) Steve Jobs.

Sea como sea, si el iPhone original armó la que armó, este me parece que va a ir por el mismo camino. Si no, tiempo al tiempo...


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