domingo, 14 de noviembre de 2010

...Y al tercer dia resucitó

Pese a que soy consciente que sucedió en un segundo lo recuerdo como a cámara lenta.

El momento en que se escurrió de mis manos y se abalanzó, sin remedio, hacia un abismo de poco mas de un metro. El ruido sordo al golpear contra el borde y sobre todo, lo peor de todo, el momento en que se le apagó la luz y, muda, sin brillo, me miraba desde el fondo del cubo de fregar... lleno de agua sucia, por supuesto.

El porqué mi BlackBerry 8900 decidió que el Martes pasado era un buen día para iniciarse en el apasionante mundo del submarinismo es un misterio. Creo que las claves del éxito del cual hoy me congratulo fueron dos. Por una parte mi rápida reacción y por otro los consejos de mi red de amigos en Facebook, muchos de los cuales habían pasado por situaciones similares.

Si por desgracia alguna vez os encontráis en una situación similar (que no os la deseo) os dejo los 5 pasos que seguí para recuperar mi smartphone:

1.- Retirar todas las piezas desmontables de vuestro teléfono (batería, tarjetas, carcasas...)
2.- Sacudir y golpear suavemente contra la palma de la mano para expulsar el agua
3.- Aplicar aire con un secador, a poca potencia y temperatura baja. (Yo estuve como 20 minutos)
4.- Enterrar el aparato en arroz (el almidón hará de deshumidificador y absorberá la humedad restante)
5.- Paciencia.

...y al tercer día resucitó. Al mantener pulsado el botón rojo y ver como lentamente la pantalla se iluminaba y la barra de progreso de inicio avanzaba un grito emergió de mis cuerdas vocales, rememorando al Dr. Frankenstein al ver a su criatura abrir los ojos:

VIVE! VIIIIIIIVEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!

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