sábado, 31 de julio de 2010

Hay un amigo en mi

Todos seguimos siendo niños. En nuestro fuero interno vive el Peter Pan que un día fuimos y que ansía salir a la luz a la más mínima ocasión que se le presenta. 

Pixar, el gigante de animación socio de Disney y propiedad en gran medida de Steve Jobs lo sabe... y lo explota. Eso de que sus películas van dirigidas al público infantil es mera propaganda. 

La saga de Toy Story es la quintaesencia de esta estrategia de posicionamiento. Se han necesitado 15 años para crear las tres peliculas, ampliando de esa manera el rango de edades que estan dispuestos a pagar en taquilla por ver la película.  

Pero, ¿qué habría sido del cine infantil sin la tecnología? Disney prácticamente ha abandonado la antigua y artesana práctica de crear sus películas con el sistema "hand-drawing frame by frame" para volcarse en la digitalización. Siendo así, no es de extrañar que la alargada sombra de Steve Jobs tambien se deje ver por estos fueros. Creó Pixar al poco tiempo de ser despedido de Apple. 

Pero el tren no pertenece solo a Disney. Entre otros, Steven Spielberg también tiene su parte de pastel en este negocio, es el propietario de DreamWorks.

Eso sí, los antiguos valores de las películas clásicas de Disney siguen latentes en los filmes de hoy en día... y para muestra un botón. 


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